Paraíso Perdido

Son las dos de la tarde. Las niñas están recogiendo frutas, la suegra durmiendo, los búfalos ya han sido alimentados. Te metes en la hamaca, en el paraíso colombiano donde has vivido toda tu vida, para un descanso bien merecido. Dos sonidos agresivos rompen la tranquilidad.

– «Tal vez a alguien le sobra pólvora del día de año nuevo, que todavía no ha usado», imaginas.

Pero el ruido continúa.

Disparos cortos y empinados rasgan el aire.

– «¡Mis niñas!», piensas.

Corres fuera, donde encuentras una escena que pertenece a una película de horror. Seis helicópteros disparando tan cerca de la tierra en la que han crecido tus hijas, donde tú has creado tu vida pacífica.

-«¡Mis niñas!», gritas a un soldado escondido tras su uniforme, (algo que para muchos significa honor, valentía), pero te genera miedo y te recuerda la destrucción que tantos vecinos han experimentado durante esta guerra tan larga.

– «Tus hijas están bien, no te preocupes. Estamos realizando una operación militar contra un miembro de las Farc que estaba escondido por aquí, todo bajo de control».

Mientras, un hombre no uniformado que parece el objetivo de la operación cae al piso. Dos disparos más en su cabeza confirman que está muerto.

Tus niñas corren a tus brazos gritando y llorando. El paraíso donde crecieron se ha roto.

Después, Doña Rocío y sus niñas vuelven a la tranquilidad del interior de su casa en la vereda de Dos Quebradas, o al menos eso es lo que puedo imaginar que sucede, es decir, que los colombianos encuentran remansos de paz en medio de la guerra.

25

Por la noche, a la casa de PBI en Barrancabermeja, llegan los miembros de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (Acvc), una organización acompañada, que viene a informarnos de lo sucedido. Los brigadistas estamos atentos a lo que nos cuentan y comenzamos a preparar el viaje con nuestros particulares análisis de la zona.

El día siguiente el ambiente en nuestra oficina es una mezcla de tensión y emoción. Tristeza por la comunidad afectada, pero emoción por el viaje y para acompañar a la Acvc, quienes buscarán averiguar la hechos de los acontecimientos y conocer de primera mano qué ocurrió; además en este día  ya aparecen artículos en varios periódicos colombianos[1].

A las siete de la mañana salimos acompañando a miembros de la Acvc en una comisión de verificación. Cuatro horas en carro atravesando caminos ondeados por la hermosa tierra del Nordeste Antioqueño. El pacífico campo.

– «La guerra no llega aquí -pienso yo- no hay nadie, nada…»

Cruzamos un río y seguimos caminando más de tres horas en plena selva. No estoy acostumbrada al calor, pero las personas acompañadas caminan junto a mí, tienen un ritmo impresionante que me inspira a seguir. Sudando pasamos micos, caminamos entre nubes de mariposas mientras hay loros colorados que vuelan sobre nuestras cabezas.

– «Eso sí es paraíso».

Llegamos a Dos Quebradas y la señora muestra a los miembros de la Comisión de verificación dónde ocurrieron los hechos de la operación militar, está tan cerca de la población civil. Llorando, todavía en shock, ella cuenta lo que pasó y nosotros la escuchamos, juntos a los acompañados que toman parte en el relato haciendo preguntas.

– «Sí es un paraíso- pienso yo- pero un paraíso atrapado en plena guerra. Un paraíso perdido».

DSCF3654

Así es en Colombia. Las montañas, las playas, los ríos, las frutas, los colores, la música, el baile, la alegría. Todo hermoso. Todo en medio de y rodeado por la guerra.

PBI acompaña a la Acvc que enfoca su trabajo en la Zona de Reserva Campesina y el desarrollo sostenible, el desarrollo de proyectos agrícolas y las áreas de educación y salud. Su trabajo es inspirador y es un placer acompañarles.

– Hannah

_________________

[1]     El Tiempo: Murió hombre de confianza de alias ‘Alberto Cancharina’ de las Farc, 24 de enero de 2015; El Espectador: Alias ‘Zapata’ murió en enfrentamientos con el Ejército en Antioquia, 24 de enero de 2015; Prensa Rural: Bombardeos indiscriminados en las veredas Dos Quebradas y Ojos Claros en el valle del río Cimitarra, 24 de enero de 2015.

Deja un comentario