“¿Es que los intereses económicos valen más que las vidas humanas?”

Según Global Witness entre 2002 y 2014 en el mundo fueron asesinadas 1.204 personas que de alguna manera se dedicaban a la defensa del territorio frente a grandes inversiones; 267 de estos homicidios se produjeron en Colombia, Guatemala, México y Honduras, países donde PBI tiene proyectos.

Millones de hectáreas de tierras han sido despojadas a las comunidades y en algunos casos después, en esas mismas tierras se han implementado proyectos económicos de agrocombustibles, extracción de recursos, ganadería extensiva. En algunos casos, cuando las comunidades han intentado retornar o recuperar sus tierras han sido amenazadas, agredidas, judicializadas e incluso asesinadas.

El 20 de abril tuvo lugar, en la Subcomisión de Derechos Humanos (DROI) del Parlamento Europeo, una audiencia oficial sobre “Defensores de derechos humanos y acaparamiento de tierras en el contexto de inversiones europeas en terceros países”. Una audiencia en la que participaron varias personas defensoras de derechos humanos: el Padre Alberto Franco de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (Colombia), Berta Zúñiga Cáceres (hija de la lideresa hondureña asesinada, Berta Cáceres) y Ali Kaba del Instituto para el Desarrollo Sostenible (Liberia). Los tres testimonios coincidieron en el riesgo que en sus países afrontan quienes enfrentan intereses económicos.

Y es que tal y como señaló Alberto Franco: “No parece casual que las regiones con mayor violencia, desplazamiento forzado, violaciones a los derechos humanos y pobreza, sean regiones donde hay proyectos de industria extractiva como petróleo, oro, carbón; de agronegocios como palma aceitera, banano, ganadería extensiva y de infraestructura como puertos, hidroeléctricas, carreteras”.

En el caso de Colombia, en medio del terror y el despojo, algunas comunidades decidieron organizarse y crear sus propios mecanismos de autoprotección; así, nacieron las Zonas humanitarias,  Zonas de refugio, Espacios temporales humanitarios, Resguardos humanitarios y Espacio humanitarios, mecanismos para proteger la vida, sin el uso de la violencia, en medio de la confrontación armada o de acciones militares y paramilitares; también crearon  Zonas de biodiversidad, que son mecanismos para proteger el medio ambiente, amenazado por el avance de obras de infraestructura, agronegocios e industria extractiva.

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Según Alberto Franco, “el rol de la comunidad  internacional ha sido valioso ya que los violadores de los derechos humanos, tienen presente sus actuaciones de respaldo a las comunidades y a los defensores en riesgo”.

Algunas de las acciones que propuso fueron: la presencia física en terreno de organizaciones como PBI; las visitas a las comunidades de embajadores, parlamentarios, organismos interestatales y organizaciones de derechos humanos; las condenas públicas de las agresiones contra personas defensoras de derechos humanos, líderes sociales y medioambientales; y el seguimiento a las cláusulas de derechos humanos de los acuerdos comerciales, a las inversiones y a la actuación de las empresas en otros países, tanto a las europeas, como a las que sin serlo, exportan productos a la Unión Europea, para que “no puedan violar los derechos humanos o ser cómplices, beneficiarios y/o determinadores de estas violaciones”.

Algunas eurodiputadas, como Beatriz Becerra, preguntaron qué están haciendo las empresas respecto a la implementación de los principios voluntarios, otras como Elena Valenciano mencionaron que “es necesario tener instrumentos vinculantes para que las empresas no puedan favorecer esas violaciones”, mientras que otros como Pier Antonio Panzeri señalaron que “no nos podemos quedar de brazos cruzados”.

“¿Es que los intereses económicos valen más que las vidas humanas?”, “¿si no hay conflictos por qué hay muertos?”, preguntó Berta Zúñiga quien también llamó a que “estos proyectos de muerte” no continúen implementándose.

“Frente a las balas asesinas un silencio digno y solidario”, así el Padre Alberto Franco invitó a  las personas presentes en la sala, a hacer un minuto de silencio “por las 28 personas asesinadas en Colombia en el transcurso de este año, por las asesinadas en diversas partes del mundo por trabajar por un mundo más justo y humano; por Berta Cáceres”. Y así los y las Eurodiputadas mostraron su solidaridad con quienes pierden la vida por su acción pacífica en la protección de su territorio.

 

Ana Vicente

 

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