La Universidad de la Paz, gran legado por la lucha del pueblo diverso

Estas son las historias de algunas personas que, si bien reflejan la heterogeneidad colombiana, están unidas, como pueblo diverso, en el dolor causado por los atropellos del conflicto armado, y en la esperanza de una paz verdadera y duradera: “Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo”. Julio Cortázar

Partimos de Buenaventura una mañana lluviosa rumbo a San Francisco, en la cuenca del río Naya. En la lancha, nos encontramos con una tripulación tan eléctrica como el sentido de la diversidad colombiana: alrededor de 70 personas indígenas de los pueblos Nasa, Sikuani, Jiw, Eperara Siapidara, Nonam y Wounaan; campesinos mestizos del Putumayo, Meta y Cauca; afrodescendientes del Chocó y Valle del Cauca; personas defensoras de derechos humanos; así como una pareja de profesores de Chicago y otra de arquitectos. Bordeamos la costa pacífica para luego navegar hacia la entrada del río. La frontera acuática estuvo marcada por las olas poderosas del océano que, al acercarse al río, se iban atenuando. Después de seis horas de viaje, llegamos a nuestro destino.

1. La Universidad de la Paz, gran legado por la lucha del pueblo diverso / Cuentos para conservar la memoria del territorio

Durante tres días, se llevó a cabo la segunda etapa de la Cátedra Abierta ‘Sujetos territoriales de paz con justicia socio-ambiental’ en la cual participaron las personas que acompañamos. Fueron tres días de intercambio de memorias. Los temas que se abarcaron tenían un enfoque en participación y derechos políticos, territorio y ambiente, género y otras identidades, con la intención de que los aportes desarrollados sean replicados por los participantes en sus comunidades de origen para fortalecer sus procesos organizativos.

Esta propuesta de las comunidades que conforman la Red Comunidades Construyendo Paz en los Territorios (Conpaz), fue presentada a la mesa de diálogo de paz con la guerrilla de las Farc en La Habana, así como al proceso de paz que se está preparando con la guerrilla del ELN.

1. universidad de la paz
La Universidad de la Paz en el Río Naya.

La cátedra culminó con broche de oro, cuando se inauguró la sede suroccidente de la Universidad de la Paz; el primer paso de un reto, una bella locura, mucho más grande: un total de 12 sedes serán abiertas en los territorios, para “generar, desde las comunidades , una cátedra y un conocimiento alrededor de la paz mediante el intercambio de saberes”. El edificio, levantado sobre una colina a la orilla del río, rinde homenaje a Juana Bautista Angulo. Esta mujer afronayera, víctima de tortura y de violencia sexual, fue asesinada el 14 de abril de 2001, durante el desplazamiento forzado en el Bajo Naya por paramilitares del Bloque Calima, tras la orden del excomandante de la Tercera Brigada del Ejército de “limpiar el camino”.


Delphine y Mario escribieron las historias de la bella locura después de un viaje al río Naya en junio de 2016. En este viaje acompañaron a la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz y conocieron mujeres y hombres indígenas, afrodescendientes y campesinos de distintas regiones de Colombia y pudieron presenciar la apertura de la primera sede de la Universidad de la Paz, una iniciativa que busca generar propuestas para la paz desde los territorios.

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