La pequeña sala luminosa de paredes blancas está repleta con unos cien estudiantes, algunos sentados en el piso por falta de espacio. No todos lograron entrar para escuchar la ponencia del defensor de derechos humanos, David Ravelo: “Garantizar la vida de líderes sociales, un reto para la paz”.

Estamos en la Universidad de los Andes, una de las más prestigiosas de Colombia. Una mujer joven abre el conversatorio y pide que “pongámonos pilas y conozcamos la realidad de Colombia” y con el carisma de un líder experimentado se levanta David, observa al grupo de privilegiados jóvenes universitarios y comienza a contar su historia: “Ser dirigente de derechos humanos no es fácil”.

Cuenta la historia del paramilitarismo en Colombia, de cómo los líderes sociales se han convertido en objetivos militares y víctimas,  y como algunos sectores justifican la violencia contra ellos. “Los defensores de derechos humanos han sido exterminados paulatina y sistemáticamente”. Habla del exterminio de cuatro mil miembros de la Unión Patriótica en los 90. Todos escuchan con atención, algunos toman apuntes, otros toman fotos o graban en su teléfono celular la intervención de David.

“Y hay diferentes maneras de asesinar a un líder, por vía física y por vía judicial”, manifiesta David y levanta el dedo para hacer énfasis en este importante hecho que personalmente ha vivido. Les habla de su vida, su lucha, su primer encarcelamiento en 1993, el segundo en 2010, las irregularidades de su caso, los falsos testimonios que le inculparon, el fiscal responsable de empezar su caso supuestamente involucrado en una desaparición forzada e inhabilitado, que nunca debió haber sido el fiscal asignado.

“Ustedes son la nueva generación que merece la paz; algún día van a dirigir este país y tienen que tener una claridad política” demanda de los jóvenes. “El futuro tiene muchos nombres, para los débiles es lo desconocido, para los valientes, la oportunidad, una oportunidad para transformar este país”.  Al cerrar, los jóvenes aplauden con entusiasmo y salen inspirados de la charla con David quien ya se devuelve a su ciudad natal, Barrancabermeja, para continuar con su lucha y la causa por los derechos humanos que nunca ha dejado atrás.

Bianca Bauer