Por su labor en defensa de los derechos humanos, las mujeres defensoras desafían a los papeles tradicionales de género de la sociedad patriarcal que mantiene a las mujeres en el ámbito doméstico. Como consecuencia, las mujeres defensoras sufren campañas de desprestigio que buscan dañar sus reputaciones, acusándoles de abandonar a sus familias o de estar buscando parejas sexuales. En adición, las mujeres defensoras reciben amenazas, ataques y hostigamiento, también de una naturaleza sexual. Sus familias y niños y niñas también son blancos en los esfuerzos, por parte de diferentes actores, de callarles.
En enero 2019, el Relator Especial sobre la situación de personas defensoras de derechos humanos, Michel Forst, escribió un informe sobre las mujeres defensoras; “Las mujeres defensoras muchas veces enfrentan riesgos diferenciados y adicionales y obstáculos que tienen un componente de género y están construidos por los estereotipos de género y las ideas profundamente arraigadas sobre quienes son las mujeres y como deberían ser”. “En el clima político actual, donde existe un rechazo hacía los derechos humanos, las mujeres defensoras muchas veces son las primeras bajo ataque”[1].
El enfoque psicosocial, aporta la reflexión en torno a los impactos que genera la violencia sociopolítica y las graves violaciones de derechos humanos y a demás integra los afrontamientos que las mujeres construyen para hacer frente a ellos. La violencia patriarcal y sociopolítica atraviesan nuestros cuerpos, nuestro primer territorio, y en México, como en Guatemala, Honduras y Colombia, las mujeres han sabido resistir a través de sus prácticas y saberes ancestrales, rituales, ofrendas, limpias, veneración a los elementos de la madre tierra, son solo algunos de los mecanismos de afrontamientos que poseen y que las han hecho sobrevivir en medio de contextos adversos donde realizan sus trabajos.
La articulación y la unidad de procesos organizativos de mujeres ha ayudado a la visibilidad de las problemáticas diferenciadas que vivimos, no es lo mismo ser una mujer que vive en una zona rural, a una mujer que vive en lo urbano, se hace necesario entonces ver las diversas problemáticas que sorteamos bajo lentes como lo son el étnico, racial, sexual, de género, intercultural, sólo así se puede contribuir a la creación de un enfoque de protección y seguridad integral y diferenciado para que las mujeres defensoras de derechos humanos sigamos realizando nuestra labor en condiciones de igualdad, pero sobre todo de dignidad.
Es fundamental que los estados se comprometen a asegurar un ambiente seguro para personas defensoras, implementando programas de prevención y protección con un enfoque de género. Reiteramos la necesidad de investigar todos los casos de amenazas y ataques en contra de las mujeres y condenar las personas responsables.
Laura Melchior Diaz y Peace Brigades International
Notas de pie
[1] Ver: Noticias ONU: Se intensifica la violencia contra las mujeres defensoras de los derechos humanos, 28 de febrero 2019