Organización comunitaria para enfrentar la pandemia: en la Comunidad de Paz la solidaridad prima

Mientras el mundo enfrenta la pandemia de COVID-19 y vive esta nueva inquietante realidad en la cual una visita para ver a familiares podría ponerse en peligro, la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, ya acostumbrada a estos riesgos, se ha organizado. La gestión de crisis y limitaciones sobre sus movimientos no es nada nuevo en una comunidad que, en sus 23 años de resistencia no-violenta a los grupos armados que han controlado esta zona de Urabá, ha vivido la muerte de más de 300 de sus integrantes1.

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La comunidad ha adaptado su trabajo para minimizar el riesgo de infección y garantizar su estabilidad a largo plazo. Foto: Alejandro González

Incluso antes de que el gobierno anunciara una cuarentena oficial, la comunidad empezó a tomar las medidas necesarias para protegerse y proteger a la población civil en general. Han limitado el contacto entre los miembros y con la gente externa a la comunidad2. Esto es especialmente importante en San José de Apartadó, donde, como muchas zonas rurales de Colombia3, el acceso a la salud es limitada.

La comunidad ha adaptado su trabajo para minimizar el riesgo de infección y garantizar su estabilidad a largo plazo. Desafortunadamente, la pandemia no ha eliminado las condiciones previas que hacían que su resistencia no-violenta fuera tan necesaria y valiente. Por el contrario, en varias zonas de Colombia, los grupos armados se están aprovechando de la pandemia para aumentar su control4. En San José de Apartadó, el grupo que sigue amenazando el bienestar de los miembros de la Comunidad de Paz son las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). La comunidad ha denunciado constantemente la falta de una respuesta de las autoridades colombianas para controlar a este grupo5. Recientemente, el obispo de Apartadó también declaró que el gobierno colombiano no tiene la voluntad de someter a este actor armado6.

Diciembre 2018 - asamblea de la Comunidad de Paz en la vereda La unión
Foto: PBI Colombia

La comunidad ha denunciado recientemente el hecho de que las AGC se han aprovechado de la crisis actual. Primero, han aumentado aún más su control sobre la población civil7, lo que implica una presión todavía más fuerte sobre las y los miembros de la Comunidad de Paz, quienes resisten a este control. Segundo, han tratado de aislar y estigmatizar a la comunidad, difundiendo falsos rumores de que, a través de su acompañamiento internacional, están trayendo el virus a la zona8.

La reacción de la Comunidad de Paz a la pandemia, preparándose y demostrando responsabilidad, no sorprenderá a quienes conozcan a esta comunidad, su historia y su proceso de toma de decisiones. Desde su concepción, han sobrevivido, resistido y manejado innumerables crisis a través de un enfoque constante en lo colectivo por encima de las necesidades individuales, un proceso de toma de decisiones en el que se escuchan y valoran varias voces, y un sentido de amor y cuidado por su comunidad. El cuidado por su comunidad no solo se extiende a integrantes de la comunidad de paz; también han mostrado su apoyo a otros/as residentes de San José de Apartadó constantemente, a través de acciones comunitarias, denuncias de violaciones de derechos humanos9 y otras acciones solidarias. A pesar de los intentos de los actores armados de crear una brecha en el corregimiento10, la Comunidad de Paz ha mostrado que siempre han sabido lo que la crisis de COVID-19 está enseñando a muchas personas alrededor del mundo: que la salud de mi vecina es mi salud y la seguridad de mi comunidad es la seguridad de mi familia.

Diciembre 2018 - asamblea de la Comunidad de Paz en la vereda La unión
La gestión de crisis y limitaciones sobre sus movimientos no es nada nuevo en una comunidad que, en sus 23 años de resistencia no-violenta a los grupos armados que han controlado esta zona de Urabá, ha vivido la muerte de más de 300 de sus integrantes. Foto: PBI Colombia

Mientras la pandemia ha aumentado la presión sobre la comunidad, el apoyo internacional es esencial. Las acciones que se han tomado desde el inicio de la cuarentena han ayudado a llamar la atención internacional sobre esta situación, como una carta de solidaridad de la Red Europea de Apoyo de la Comunidad de Paz en abril11 y, en julio, una carta de 94 congresistas de los Estados Unidos12 que destaca la importancia de proteger a las y los defensores de derechos humanos en Colombia, mencionando específicamente a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Estas acciones son de mucha importancia, ya que desde la comunidad internacional se exige al gobierno colombiano que garantice la seguridad de los hombres, mujeres, niños y niñas que son el presente y futuro de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

Sam O’Hara, brigadista de terreno, equipo Urabá

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Foto: Alejandro González

Notas de pie:

2 Entrevista con miembro de la Comunidad de Paz

3 Semana Rural, Ir al médico, toda una odisea en la Colombia rural, 22 de mayo de 2018

5 Comunidad de Paz de San José de Apartadó, Paramilitarismo que reconfirma su instinto asesino, 3 de julio de 2020

7 Comunidad de Paz de San José de Apartadó, Los camuflajes de la muerte en la verdadera pandemia, 22 de junio de 2020

8 Entrevista con miembro de la Comunidad de Paz

9 Comunidad de Paz de San José de Apartadó, Aniversario en medio de virus mortales, 30 de marzo de 2020

10 Entrevista con miembro de la Comunidad de Paz

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