Democracia y Ciudadanía en Guamocó

Cada acompañamiento que hacemos es una aventura que nos saca de nuestras zonas de confort y nos enfrentaa situaciones desconocidas.

Cada vez que viajo al terreno, gano mucho respeto hacia las personas defensoras de derechos humanos que acompañamos, quienes siguen con su trabajo para lograr una justicia social en lugares perdidos en el país, a pesar de las condiciones difíciles a las que se enfrentan.

Recientemente tuve la oportunidad de acompañar a Camilo, un abogado de la organización Aheramigua en Guamocó. Una región que ha sido particularmente golpeada por el conflicto armado y que ha sufrido del abandono completo del Estado durante muchos años, lo que ha conllevado a una presencia fuerte de grupos guerrilleros en la región y una falta de estabilidad para la gente que viven allá¹.

La tierra es muy rica en recursos naturales, lo que significa que la población, en su mayoría, se dedica a la minería artesanal, sobre todo, a la del oro. Este trabajo peligroso se realiza en el sector informal del mercado laboral de Colombia y está criminalizado por parte del Estado colombiano, puesto que los mineros tienen que pagar obligatoriamente impuestos a la guerrilla o a grupos neoparamilitares en la región como ejemplo del poder que tienen estos grupos.². Eso ha sido usado como estrategia para sacar a estos pequeños mineros de sus territorios para poder vender la tierra a grandes empresas multinacionales como parte del Plan de Desarrollo basado en el extractivismo intensivo³.

Aheramigua es una asociación de pequeños mineros y campesinos que trabaja en la zona del Bajo Cauca y Guamocó, formando a la población con talleres de derechos humanos con la meta de fortalecer el entendimiento de la gente sobre sus derechos y la estructura del Estado, para que puedan participar de una manera efectiva en las decisiones políticas que les afectan. Este año Aheramigua ha estado bajo una amenaza constante de ataque por parte de grupos neoparamilitares en la región, que ven al trabajo de la organización como una amenaza al control hegemónico que quieren ejercer en el territorio⁴. Ahora que las Farc están saliendo de las zonas, el vacío lo están llenando otros grupos armados⁵.

El 7 de marzo de 2016, mataron a un miembro fundador de Aheramigua, William Castillo en El Bagre, (Antioquia)⁶. Eso causó un golpe muy fuerte a la organización y significó que muchos líderes tenían que salir del territorio porque estaban en mucho riesgo.⁷ En junio, Aheramigua instaló un refugio humanitario en Puerto López⁸ para llamar la atención nacional e internacional sobre la situación peligrosa de seguridad en la zona y la necesidad de intervención estatal para garantizar la protección de la población local y de las personas defensoras de derechos humanos, para que puedan seguir trabajando en la zona..

Por todo esto que he descrito arriba, desde PBI acompañamos a Camilo hasta la vereda de La Marisosa, en la frontera con Antioquia y el Sur de Bolívar para que pudiera dar un taller a los líderes locales sobre democracia y la ciudadanía.

El día que teníamos pensado para salir para la comunidad, llovió muchísimo y la gente del lugar nos dijo que por las terribles condiciones en las que se encuentra , no podíamos viajar. El día siguiente empezamos el viaje de 8 horas primero en moto, después cruzando ríos y subimos lomas interminables y cubiertas de lodo hasta que por fin lleguemos a nuestra destino. Al llegar, nos recibió la comunidad, que también estaba esperando una caravana de carros que llevaban comida, un trayecto que demoraba 6 días para llegar desde una ciudad cerca, Santa Rosa, todo ellos por las condiciones climáticas tan terribles.

Todos ellos le mostraron su preocupación y nerviosismo tras la muerte de dos guerrilleros de las Farc en manos del ejército, en una vereda del Sur de Bolívar, pese al cese al fuego existente⁹. Lo cual les hace temer que el conflicto continúe y los vacíos que va a dejar la guerrilla, en su región, cuando se retire serán ocupados por otros grupos armados¹⁰.

¡La vuelta fue aún más dramática que la ida! Viajamos por la selva colombiana en moto, y hubo que arreglar varias llantas pinchadas, además cayó otra vez un aguacero impresionante y nos mojamos completamente, bajo de una lluvia tropical.

Es ademirable como las personas defensoras a las que acompañamos, que a pesar de condiciones tan duras, siguen con su compromiso fuerte con su trabajo. Si no fuera por estas organizaciones, las comunidades se quedarían completamente abandonadas.

Como siempre, es un privilegio y un honor acompañar a los defensores;y jugar un papel pequeño, asegurando que puedan seguir con el trabajo fundamental que desarrollan en Colombia.