En Colombia llegó la hora de reivindicar el trabajo de las mujeres y personas buscadoras de víctimas de desaparición forzada. En esta tarea, las mujeres sufren gravísimas vulneraciones de derechos humanos que van desde violencia sexual, secuestro, privaciones de la libertad, extorsiones, amenazas y represalias, en la búsqueda de los seres queridos, ya sea individualmente o colectivamente.
Este liderazgo no es reconocido ni por la sociedad ni por el Estado colombiano que, en muchas oportunidades, es ‘un palo en la rueda’ para que no se cumplan las leyes que existen sobre desaparición forzada. “En muchos casos los funcionarios no cumplen con su tarea por negligencia, indiferencia e indolencia”, reclaman las mujeres buscadoras.
